miércoles, 21 de marzo de 2007

El forjador

Cuenta la leyenda que existía un forjador que era capaz de doblegar cualquier elemento,(ya fueran rocas, hierro, oro,...)
Tal era su arte que la gente solía decir sin miedo a equivocarse que sus creaciones tenían alma propia.

A pesar de tanta fama era bastante pobre, pues su trabajo era muy difícil y solo accedía a las peticiones de la gente que realmente lo necesitaba. y muchas veces no eran precisamente los mas ricos.

Un dia un rey, algo caprichoso, le encargó que hiciera la mejor estatua para ponerla en el centro de la pared del salón de recepciones.

En cualquier otra circunstancia no habría aceptado, pero el encargo tenía algo especial que le hizo nacer el afán de superarse. Pues este rey no quería que tratara con ningún metal ni que intentara manipular ninguna piedra preciosa, quería que hiciera una escultura en madera. Su mejestad estaba dispuesto a pagarle con lo que él buen forjador quisiera, y este acordó que lo especificaría cuando ya estuviera realizada la obra.

Tardó seis meses enteros en realizarla. A cada día que pasaba se iba sintiendo con menos fuerza, mientras los latidos de su corazón disminuían en intensidad le parecía que un corazón dentro de la escultura iba cobrando vida. tal fue así que cuando le dió el último toque exaló tambien su último suspiro. desde entonces existe por todo el pueblo de que en su más bella obra dejó tambien lo que más quería: Su propia alma, su vida. Y tambien comentan de que desde el centro del salón obseva los ojos más juiciosos que ocuparon nunca esa habitación

lunes, 5 de marzo de 2007

Salve a los victoriosos caidos!!!

Hermanos, hoy estamos aqui brindando y celebrando juntos esta victoria qe tanto hemos merecido. Pero no hemos de olvidarnos de aquellos que han quedado atrás. Nuestros compatriotas han demostrado con mucho su gran valor, derramando hasta la última gota de su sangre por defender estas murallas. Vivamos a partir de ahora cada segundo de nuestra vida para honrrar su memoria, que en cada acto hagamos que en nuestra existencia quede reflejada su valentía y la bravura de su acero. Pues así como ellos dieron su vida para que esta ciudadela siga en pie, nosotros viviremos por ellos, para enaltecer su alma.
Suficiente fue el ansia de justicia de nuestro ejército, que aún con las heridas abiertas seguía luchando, para desalentar y derrotar al enemigo.
Alcemos nuestras copas esta noche, que la cerveza recorra nuestras gargantas y que el orgullo llene nuestros corazones.
(Leventando la copa para hacer un brindis) Por la libertad y por todos los que hoy no pueden celebrar tan maravillosa fiesta con nosotros. y ahora disfrutad como nunca enorgulleceros del triunfo que habeis conseguido, que la luz de su amistad siempre os acompañe. Celebremos esta noche como nunca porque otro día seremos nosotros los que caigamos con un honrroso final en alguna de las batallas de esta tediosa guerra defendiendo a los nuestros. Larga vida a los caidos,
¡Que empieca la música!

jueves, 1 de marzo de 2007

El final de todo o tan solo el principio?

Era una calurosa noche de verano, pero el frío se apoderaba de ella. Ninguna nube cubría el cielo porque todas se hayaban sobre su corazón.
En aquella celda oscura de fría piedra la única luz que entraba era un rayo de luz de luna. Un agujero en el techo parecía permitirle piadosamente la entrada para hacerme compañía o tal vez para encerrar tambien su belleza.
Su negaciónla había hecho prisionera,pues el hermano del rey quería casarse con ella, pero ella amaba al hijo del rey. A pesar de tantas advertencias recibidas ninguno de los dos quería negar la evidencia de sus sentimientos.
Una mañana la guardia del hermano del rey irrumpió en casa de la joven y la leyeron una sentencia de ahorcamiento. Cuando su amado se enteró de lo que ocurría acudió rápidamente en su ayuda portando una guadaña, parecía que nadie podría frenar su ira. El resultado fue...
En la soledad de la celda escuchó un ruido y se acercó a una de las paredes que había a los laos de la puerta.
- ¿Estas ahi, Ari?
- Si cariño, aqui estoy - Se acercó tanto a la pared que parecía que la fuera a traspasar.
Las lágrimas empezaban a inundar sus ojos y empezó a sollozar suavemente.
- Pequeña, no llores más. Ya no hay nada que temer porque todo se acabó, todo se ha muerto.
Quedáronse los dos en silencio, no hacía falta decir nada más. Los dos sabían bien cual sería su final.